“El
cine educativo ayuda a los educadores a formar a los jóvenes les facilita su
integración en el mundo”. Carmen
Urpi.
A lo largo del tiempo, el cine ha enriquecido el conocimiento
de la humanidad desde sus diferentes historias que cuentan al mundo, por eso resulta lógico que los
nuevos procesos de aprendizaje estimulen nuevas enseñanzas en las
aulas. De ahí, la necesidad de formar espectadores críticos y tener
un acercamiento con las nuevas tendencias educativas, que permiten un mejor
conocimiento sobre nuevas herramientas de aprendizajes.
Al llevar al cine a las aulas de clase, se fortalece el
entorno cultural, entre el alumno y el profesor. Para así rescatar una serie de
valores significativos que contribuyan al desarrollo del
mundo.
Igualmente, la interacción entre el profesor y el alumno,
permite que exista un mayor conocimiento, del lenguaje cinematográfico y del
mundo que constantemente se encuentra en transformación.
Según la pedagoga, Carmen Upi,"
la comunidad educativa debe aprovechar el auge del cine y convertirlo en
enseñanzas y aprendizaje para los jóvenes”.
El papel del profesor debe ser claro, preciso y
contundente sobre los conceptos de lenguaje cinematográficos que se transmiten
a los alumnos, para que estos se conviertan en actores sociales, y no en sujetos
sumisos que se dejan invadir por la instrumentalización cultural, por el
contrario deben a sumir una postura crítica a partir de su propio aprendizaje.
“Enseñar a un niño a interpretar la historia
que se desarrolla en la película es enseñarle a interpretar la vida, a conocer
hondamente al ser humano y, con ello, le hacemos capaz de prever las
consecuencias de sus propias actitudes y decisiones”. Mª Ángeles Almacellas
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